sábado, febrero 25, 2006

cementerio de villa maría del triunfo

Original: Sandro Mairata, La República, 05/02/06.


Paradero final, Cerrosanto.

El cementerio del populoso y popular distrito limeño de Villa María del Triunfo alberga a más de 100,000 difuntos y tiene la reputación de ser el segundo más grande del mundo.

Dulce, mi muerte.

Salvo el pago irrisorio por un lugarcito junto al ser querido, casi no existen restricciones para el homenaje que se quiera rendir. Cada tumba puede demorar un día en cavarse a barreta y lampa.

Y se celebra.

Alcalde Washington Ipenza: "Cada Día de Todos los Muertos recibimos medio millón de visitantes".

Buena vida eterna.

El color de las tumbas queda a gusto del cliente, aunque predominan los tonos pastel. Una mano a treinta soles.


El Cementerio Municipal Virgen de Lourdes se levanta en Villa María del Triunfo sobre sesenta hectáreas inabarcables a la vista. Tiene fama de ser el segundo cementerio más grande del mundo, un epítome de vidas que navegaron en la pobreza hasta encallar aquí, entre cerros de arena, piedra y color.

Arnaldo Pariona murió electrocutado.

Debió ser una muerte dolorosa y fulminante, como son las veces que el cuerpo humedecido se enfrenta a cables de alto voltaje. Pariona, de 21 años, no tenía un contrato con la empresa que le garantizara un buen entierro. Se dedicaba a trabajos eventuales porque, como sus hermanos, tenía que esperar a que la aventura de emigrar desde Huancayo rindiese frutos. Apenas si la compañía reconoció algunos gastos, afirma su tío Jesús.

Jesús Pariona, que lamenta el deceso junto a la tumba con el resto de la familia, que ha traído varias cajas de cerveza, viandas, platos, cubiertos y cinco músicos con cara de tocar duro y parejo. Es costumbre despedir así a los muertos en la Zona Huancaínos, precisamente el lugar en el que estamos.

Puede que en el Cementerio Municipal Virgen de Lourdes de Villa María del Triunfo, ocurran algunas de las estampas más insospechadas de Lima.

De protagonistas fungen tanto sus visitantes pasajeros como sus moradores eternos, que son tantos que el lugar va perdiendo los matices de este mundo y ya casi parece del otro.

El cementerio surgió de manera espontánea en las fronteras de la primigenia Villa María, donde los pobladores inhumaban en la carestía absoluta a sus recién partidos, hace unos cuarenta o cincuenta años.

Poco antes de llegar al enrejado de ingreso actual, se sucedenun grifo, un parque y una losa de fulbito que se presume recubren de olvido a incontables cuerpos encajonados y aún dispersos bajo terrales y avenidas.

Para no perderse: la referencia es preguntar por el paradero 11 de Virgen de Lourdes –zona del grifo. Sin embargo, en teoría se podría entrar por cualquier flanco descuidado de las sesenta hectáreas que han convertido al gigantesco camposanto en el segundo cementerio más grande del mundo.

Brocha mortal.

O al menos esto último dirán más adelante las autoridades y no quedará más que confiar en un dato difícil de comprobar.

Por ahora, lo que resulta difícil es seguirle el paso a Freddy Manrique entre piedras empolvadas de negro, entre toneladas de arena y tumbas rasas. Manrique le dio a Enatru Perú 21 años de sudor de oficina; hoy recubre el cemento mortuorio con gruesos trazos de color. Por treinta o cuarenta soles, la brocha de Manrique hace el milagro de darle nueva vida a cualquier occiso, lo mismo que el resto de pintores eventuales que pulula por ahí. Y, dato confiable, nadie se puede escapar al milagro de brochas como la suya.

En las faldas, en los lados y en las cimas de una decena de cerros, el visitante se topa con el espectáculo de los cien mil difuntos que se estima albergan estas entrañas de roca y arena.

El cálculo lúgubre dicta que cien mil es la cifra aproximada de todos los habitantes de Miraflores y Barranco juntos, casi un tercio de los 360,000 villamarianos de hoy. Exactas las cifras o no, pareciera que una mano gigantesca hubiese esparcido un espectáculo multicolor de austeros mausoleos por cada una de las colinas. No hay vista que alcance a ver más allá de la lúgubre alfombra de la Zona Niños, o de la llamada Zona Santa María.

Y de las zonas, como estas, hay una casi una decena más.

En los cinco años que lleva en el oficio, Manrique ha visto y oído lo necesario para curarse en gracia de cuentos y hablar de realidades:

"No he visto a nadie penando ni fantasmas ni esas cosas. Lo que hay es gente que viene a hacer brujerías, con velas y gatos negros. Traen cuyes, ropas y fotografías para hacer sus amarres. A esa gente no se le ve porque vienen de noche y se esconden en el momento que uno se acerca. Hay que esperar al otro día para encontrar lo que dejan."


Todos tus muertos.

"Cada Día de Todos los Muertos recibimos a medio millón de personas", dice el alcalde Washington Ipenza Pacheco, médico descendiente de ayacuchanos, responsable de varias mejoras por aquí.

Cientos de plantas fueron colocadas en meses recientes, y una pista ayuda en el acceso a las zonas más lejanas. "En Día de los Muertos," recuenta el alcalde, "la gente llega con su baile, con su música, con su guitarra, con sus comidas. Son costumbres del Perú. Y cuando está con su muertito, comen. Le sirven su plato junto a la tumba. Y bailan, corcho libre. Nos sale caro mantener el control".

A pesar de las masas, estos cerros no albergan celebridades. Está ausente la tumba del mártir, del prócer, del poeta, del cantante, del actor. El único occiso de relieve, si se pudiera considerar así, fue Néstor Cerpa Cartolini, ex mando del MRTA que vino a dar por estos lares tras su ejecución en la ex residencia del embajador japonés. Ya no está más, por disposición oficial. "Es que los vecinos se quejaron", bromea Ipenza.

Seguimos hablando en clave festiva sobre el desastre de anteriores administraciones y lo bien que van las cosas desde que se ordenó la escala de precios, se refaccionaron algunas instalaciones mínimas como el área administrativa y la capilla; también se inauguraron nuevas luces y nuevos cuarteles para albergar más cuerpos en orden, ya que todos piden estar juntos y así, ubicados en filas y columnas, es más sencillo.

"Pero a la suegra se la entierra de cabeza. Para que si se quiere salir, se vaya más abajo". En esta mañana de sorpresiva neblina, el alcalde parece tener muchas ganas de matarse de risa.


Cementerio y sorpresa.

Laurita Pacheco, reina popular del arpa andina, comenzó su vida artística tocando en cementerios con dos años de edad. Se sabe que también tocó en el Virgen de Lourdes, aunque casi ninguno de los trabajadores actuales la vio.

Pedro Cruzate no la vio porque recién tiene un año excavando nichos. Con barreta o pico, porque la lampa no sirve ante las piedras bajo la arena visible. Antes recolector de basura, Cruzate cuenta que cavar la fosa para una tumba, cuando hay roca, le puede tomar día y medio. Pero "cuando está fácil", solo un día.

El anterior trabajo de Santiago Fuentes Flores había sido administrar una distribuidora de lubricantes. Antes de eso vendía telas. Entretanto, se desempeñó una y otra vez como dirigente vecinal de Tablada, una de las zonas más agitadas de VMT. "Y varias obritas hemos conseguido: agua y desagüe, títulos de propiedad. Losas deportivas. Y siempre he estado invitando a Washington para que inaugure".

La repetida cercanía valió que Ipenza le invite a concejal y que un día de enero de 2003 le confiara la administración del cementerio municipal. Algo que Fuentes jura no esperaba el día que le comunicaron que tenían una oficina para él.

"Me traen para acá al cementerio y me dicen ‘aquí es’. Asu… quedarme ese día, dos días. Yo me dije ‘no voy a durar una semana’. Por las ideas, por los conceptos que uno maneja... Al final conversé con mi familia, conversé con mi hermano y me di cuenta que si no era yo, alguien más lo iba a hacer".

Que Jesús Pariona de la Cruz siente congoja, está claro. Pero no es fácil entender por qué insiste tanto en brindar con nosotros, ahora que le hemos dicho que no, que ya nos despedimos.

Que no.

"Una cervecita contigo, pues hermano. Nosotros los provincianos estamos acostumbrados a brindar con harto dolor".




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miércoles, febrero 22, 2006

restaurante la muralla en el centro de lima

Original: RPP Noticias, 25/12/05, y Elizabeth Cavero, La República, 17/02/05.

en el centro histórico de lima, el restaurante la muralla ofrece una nueva opción gastrónomica.

Parque La Muralla

En el Centro de Lima , específicamente en el Parque La Muralla, se ubica un restaurante turístico que lleva el mismo nombre que rescata la comida tradicional limeña, y además ofrece una variedad de platos internacionales. El local ofrece una bonita vista al parque recientemente inaugurado por el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio.

El propietario del restaurante Michael Alarcón, viene de una familia dedicada al negocio de la gastronomía, sus padres abrieron ya hace varios años una cebichería que además se hizo famosa por sus Pollos a La Brasa. Por lo tanto la carta de La Muralla refleja esa experiencia. El padre de Michael regentó el restaurante del edificio Peruano-Suizo, uno de los mejores del centro durante los 80.



En la cocina Miguel Hueytia innova en la preparación de los platos. Tiradito a la Muralla, Fetuccini a la Marinera, y Cebiche Muralla, que consta de pescado, langostinos, conchas negras, y cangrejo, son unas de las especialidades. Los chicharrones y anticuchos son los más pedidos de cada noche, pero la carte trae mucho más.


Ronda Fria Tiradito La Muralla

También encontrará: Cau-Cau de Mariscos, Cebiche de Lenguado, Sudado Mixto, Lomo Saltado con Arroz con Choclo, que gusta a comensales limeños y turistas que visitan el Centro Histórico. La lista cuenta con entradas frías y calientes. También están los tiraditos al natural, al rocoto, al ají y arroces, como el de conchas negras. La chita y el lenguado tienen un espacio especial en la carta de La Muralla. Hay también aves y finas carnes con guarniciones. Los domingos, hay menús distintos para las familias mas sibaritas como pueden ser aquellos en base a cuy o cabrito.

Restaurante La Muralla se encuentra en el Jirón Lampa, cuadra uno, espalda del Convento San Francisco, en el Parque La Muralla. El telefóno es 426-6113. Hay menú y a la carta.


De yapa, la receta para Arroz con Conchas Negras.

Ingredientes

150 gr de arroz blanco cocido.
50 gr de arvejas
50 gr de pimiento picado
5 cdas. de pisco
1/2 cebolla picada
1 cdta. de ajo molido
1/2 taza de vino blanco
1 cda. de mantequilla
sal y pimienta al gusto.
12 unid. de conchas negras


Preparación

Derretir la mantequilla a fuego moderado y rehogar el pimiento y la cebolla picados. Agregar el vino blanco y dejar reducir por dos o tres minutos a fuego moderado. Agregar las conchas negras, junto con el líquido de las conchas, y el arroz blanco cocido. Finalmente se agregan las arvejas, la sal y la pimienta al gusto y se flamea todo con el pisco.

Si no puede hacer el flameado sin que la mezcla se caiga de la sartén, solo rocíe el pisco sobre la comida y haga la llama acercando el encendedor de cocina a la sartén. El flameado se repite unas dos o tres veces para que el pisco se impregne.


Haz click aquí para el leer el artículo de RPP.

Haz click aquí para leer el artículo de La República.





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martes, febrero 21, 2006

Casona de San Marcos

Original: Jorge Osorio Rubio, La República, s/f.

Casona de San Marcos Renovada Decana Reivindicada

Testiga muda de la evolución histórica de Lima, la Casona de San Marcos fue restaurada gracias a un ambicioso proyecto de renovación.


1920

A 15 años de iniciado el proceso de restauración programado por convenio entre La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el Instituto Nacional de Cultura y la Agencia Española de Cooperación Internacional, la recuperación de la histórica Casona de San Marcos llega a su recta final con satisfactorios resultados, albergando al Centro Cultural de San Marcos. Siglos de historia y estilos arquitectónicos sobrepuestos, muestra de que los procesos de cambio han sido mantenidos y mejorados.

Parque Universitario y Casona de San Marcos

"Nuestro objetivo --dice Martín Fabbri, miembro del equipo de arquitectos restauradores-- fue mantener la estructura básica del complejo y los materiales utilizados en su edificación original, remodificando solo las alteraciones hechas en otras épocas que significaban un problema estructural, tratando de mantener estilos y adaptando nuevas áreas que aporten plasticidad evolutiva al conjunto".


Capilla de San Marcos

La edificación básica se levanta a inicios del XVII como noviciado jesuita en estilo barroco colonial con variaciones del clásico europeo, utilizando materiales de la región: caña, yeso y madera. El inicio de la república, guerras y terremotos transforman el complejo, que se adapta a cambios que lo revisten de estilos propios del pensamiento y necesidades de cada época, hasta el progresivo deterioro que experimenta desde mediados del siglo XX, afortunadamente revertido con el actual proyecto de restauración.


La capilla es un joya del barroco limeño. Su restauración incluyó la reintegración de pinturas originales y el refuerzo de la bóveda. Una fachada neoclásica es la cara de un bloque poligonal que forma el edificio en su totalidad, compuesto por cinco patios de estilos diferentes, uniformizados por presentar siempre una pileta central y una línea de columnas de madera cuyos capiteles han sido restaurados respetando diseños originales. Los ambientes han sido adaptados y modernizados para acoger actividades culturales y oficinas, incluyendo la nueva cafetería, que se propone como alternativa a zonas de menos valor arquitectónico.


El Patio de los Naranjos una galería cerrada del segundo piso, única en su estilo, se ha restaurado casi sin alteración. G>ustavo Buntinx, director del centro, nos despide con estas palabras: "Más que una pieza de museo deseamos crear un local acorde con una institución líder, recuperar su historia y proyectarla al futuro".

Para leer más sobre la historia de la Casona, o saber sobre los acontecimientos en el Centro Cultural De San Marcos, pueden visitar esta página:

Centro Cultural de San Marcos



Para acudir a la página principal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, puedes ir aquí:






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domingo, febrero 12, 2006

En Caral, descubren quipu con más de 4 mil 500 años de antigüedad

Original: Alberto García M., La República, s/f.

La ciudadela de Caral tendría más de 5 mil años de antigüedad. El quipu era forma de registro de culturas preincas.

Quipu Caral

El código más antiguo del que se tenía información tiene alrededor de mil 500 años. El reciente hallazgo podría cambiar estudio de la historia peruana.

La historia de la humanidad estaría en proceso de reescribirse. Y es que el hallazgo de un quipu –forma de registro usado por los antiguos peruanos– con más de 4 mil 500 años de antigüedad demostraría que las culturas preincas tenían un grado mucho más elevado de cultura del que jamás se pensó. Un giro importante que cambiaría la forma en que estudiamos y entendemos el pasado.

Quipu Ascher, Cornell University

Nuevo hallazgo en Caral.

El quipu más antiguo del que se tenía registro hasta el momento databa del año 600 de nuestra era. Pero el encontrado recientemente por la arqueóloga Ruth Shady en la ciudadela de Caral (al norte de Lima) dataría de entre 2 mil 500 y 2 mil años antes de Cristo.

Los quipus son ramales de cuerdas, con nudos y varios colores, con los que los antiguos peruanos daban razón de las historias, noticias y de las cuentas. Según el arqueólogo Carlos Leiva (miembro del proyecto Caral), son una forma de registro igual de válida que la cuneiforme o jeroglífica usada por los mesopotamios o los egipcios.

La forma de registro más antigua conocida es la cuneiforme que data de 3 mil 500 años antes de Cristo. Solo habría mil años de diferencia –y no 4 mil 100 como se pensaba hasta hace poco– entre la forma de registro más antigua conocida y la más antigua encontrada en territorio peruano.

Quipu Inca, Museo Larco Herrera

Aunque no se ha sometido la reliquia a una prueba de Carbono 14, se ha estudiado el contexto en el que fue hallado a través de una estratigrafía –estudio de la superposición de las capas naturales y de ocupación cultural que se van encontrando en la tierra al momento de hacer la excavasión– Esto ha permitido elaborar una cronología relativa que, debido a las características del sitio arqueológico, que no ha tenido una ocupación posterior al periodo arcaico, debería corresponder a la antigüedad supuesta.


El hombre de Caral: Reconstruyen rostro y características de habitante de Caral.

Por otro lado, los estudios realizados por Shady han permitido reconstruir el rostro, el peinado, la vestimenta, el calzado e investigar las fortalezas y carencias alimentarias de un habitante que vivió hace 5 mil años en la ciudad de Caral. La información reunida indica que el hombre, de unos 20 años, fue sacrificado en el Templo Mayor.



Arqueóloga Ruth Shady


Definitivamente son hallazgos que abren las puertas a todo un nuevo mundo de posibilidades que revolucionarán la historia del Perú.




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sábado, febrero 11, 2006

El Regreso del Negro Negro a la Plaza San Martín

Original: Enrique Roldán, La República, s/f.

A la Luz del Negro Negro.

El punto de encuentro de la bohemia limeña de los años 50, el hoy resucitado Negro Negro retoma su historia en la Plaza San Martín, desde el mismo sótano que lo vio nacer.



El nombre del legendario
Negro Negro
ha sido invocado.

Julio Montero tuvo la visión: un centro cultural que hermane rock subterráneo, poesía, cuentos, folclor y demás expresiones artísticas nacionales, en el mismo sótano de la plaza San Martín en donde funcionó el Negro Negro original.

De lado han quedado los acabados parisinos y los trajes de etiqueta.

“No pretendo imitar lo que fue”, ha dicho Montero.

En funcionamiento poco tiempo –y pareciéndose cada vez más a lo que el nuevo dueño tiene en mente–, el resucitado espacio apunta a convertirse en la mejor alternativa del circuito de points del Centro de Lima (donde hoy resaltan Etnias, El Averno, el bar Queirolo, Eka Bar, etc.).

Cada día de la semana estará dedicado a una actividad especial: lunes de jazz, martes del recuerdo, miércoles de folclor, jueves y viernes de rock y sábado de fiesta. Larga vida al Negro Negro.


En los años cincuenta, la Plaza San Martín
era una fiesta.


Airosa, con sus edificios aún resplandecientes y pocos automóviles,la Plaza San Martín tenía a la vera de sus cuatro pistas los más famosos bares y clubes nocturnos de la capital: el Embassy; el rumboso Grill Bolívar; cruzando la pista, a la vera del paradero del tranvía Lima-La Punta, el Romano; en los portales (de la derecha) el Chez Víctor; en el portal del norte el bar Zela, y a unos pasos, en un sótano, el Negro Negro, que en 1950 se sumaba a esos históricos locales y hoy, después de 35 años, se apresta a reabrir sus puertas.



El Negro Negro muchas noches lucía colmado por un público selecto que gozaba de un espectáculo siempre atractivo.

El Negro Negro fue un centro nocturno muy especial. Decorado al estilo parisién por la artista francesa Odile Marley, con la colaboración de Juanito Pardo de Zela, le dieron un ambiente intelectual que hizo de este local el lugar predilecto de artistas, literatos y personajes de la más fina bohemia de una época que algunos llaman los años felices.

Era el Ateneo de la intelectualidad del momento, que venía de la Segunda Guerra Mundial... dice uno de los habitués de ese inolvidable centro nocturno que ofrecía el placer de conversar, brindar, escuchar música, ver teatro y exposiciones de pintura y, finalmente, hacer bohemia.


Desde baile hasta teatro experimental.


Funcionaba a media luz, con un jazz de fondo que tocaba un pianista invidente: Freddy Ochoa. Sus dueños eran los hermanos Leo y José Barba, este último padre del congresista Barba Caballero.

A la entrada de Negro Negro había una galería-librería, cuyos dueños eran Paco Moncloa y Sebastián Salazar Bondy –uno de los intelectuales más trascendentes de esos años. La librería funcionaba hasta poco más de la medianoche.


Freddy Ochoa, pianista invidente, tocó allí durante diez años.

Entre sus más asiduos concurrentes estaban los beautiful people de Lima de aquella época: Sérvulo Gutiérrez, Alfonso Tealdo, Juan Ríos, Catita Recavarren, el torero Juanito Doblado, Alberto Brun, Carlos Eduardo Zavaleta, Fernando de Szyszlo, Blanca Varela, Edgardo Pérez Luna, Alfonso Grados Bertorini, etc.


Odile Marley era el alma de este local sin par. Aquí en 2005.

Odile Marley, que era una especie de anfitriona del local, desplegó en Lima la misma vitalidad que la hizo triunfar en París como bailarina y cantante en los años cuarenta, época en la que conoció a un artista novelesco: Joe Alex, actor dramático peruano, que había sido nada menos que partenaire de la legendaria Josephine Baker.

Joe, que era pisqueño y de raza negra, recorrió triunfalmente medio Europa. De la mano de Joe, Odile llegó al Perú, en 1947, deseosa de seguir triunfando, ya como pintora y poetisa. El actor murió al poco tiempo de pisar su tierra, pero Odile se quedó en Lima, al lado de sus hijos Francisco (Pancho) y Marión, frutos de su amor con Joe.

En las legendarias noches del Negro Negro, Odile desbordó su espíritu, haciendo exposiciones de pintura, cantando y otras veces musitando sus poemas.






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viernes, febrero 10, 2006

Amanda Portales, la Novia del Perú, sobre su trayectoria, el estado del folclor, y las mafias de la música

Original: Pedro Escribano, La República, 29/01/06.

Amanda Portales nació en Lima, y lleva cuarenta años cantándole al Perú. Acaba de editar su CD Bodas de Rubí.



Junto al charanguista Jaime Guardia, fue condecorada por el Estado peruano en el Palacio de Gobierno.


A su paso la gente la saluda. Quienes tienen cámara, buscan tomarse una fotografía junto a ella. Otros simplemente se aproximan para mirarla de cerca. Ella es la estrella. La rodean sus fans. Amanda Portales, mientras le hacemos fotos en la Plaza de Armas de Lima, cosecha a manos llenas el cariño de su público.

“El lunes –dice mirando el Palacio de Gobierno– estaré aquí a las once de la mañana. El maestro Jaime Guardia y yo vamos a recibir una condecoración del Estado”.

La distinción no es un regalo sino realmente se la merece.

“Tengo nada menos que cuarenta años cantándole al pueblo –dice–. Cuando me subo al escenario, no soy la radiola que canta y canta, sino desde allí, como lo hacían mis viejos maestros de nuestro folclor, busco ilustrar a mi público de lo que escucha y baila”.

Amanda quiere levantar la voz, y esta vez no para cantar el “Pío pío” u otro éxito con el que ha hecho bailar a todo el Perú, sino para llamar la atención de cómo se están manejando las cosas de folclor en la radio y televisión, de cómo, por el afán comercial, se distorsionan los huainos, los huaylas, etc., y cómo se mutilan o se piratean temas sin respeto a los autores.

“Cada vez hay menos decencia. Creo que no debemos olvidar a nuestros grandes maestros. De ellos aún hay que seguir aprendiendo”, sostiene la “Novia del Perú”.

Amanda Portales empezó a cantar huainos y mulizas hace cuarenta años, cuando aún era una niña y tuvo que contar con autorización de un juez de menores para subirse a un escenario.

Había nacido y crecido escuchando música andina. En su casa había guitarras, violines y vestuarios de artistas. Sucede que su madre es una reconocida artista: la gran Irene del Centro, y su padre, Lucio Portales, un popular músico, director de banda y orquesta.


La pequeña, como sus hermanos, continuó con la tradición de interpretar canciones del Perú profundo.

Pero aquí un detalle. Amanda Portales, quien hace bailar al Perú con los populares Pío pío y Vaso de cristal, no es de Jauja ni de Tarma ni de otro pueblo de la sierra. Ella es limeña.


“Nacimos en Lima –comenta la artista–, pero fuimos criados con las costumbres de la sierra. En mi casa no solo se escuchaba y bailaba huainos, sino también se comía platos típicos. Yo siempre he dicho, soy limeña mazomorrera, pero más serrana que la papa”.


Recuerda que se inició en el canto con mucho sacrificio y responsabilidad.


“Antes –cuenta–, había más compañías que solistas. Ahora, en cada esquina encuentras un cantante. Antes había que calificar para subirse a un escenario. Había conciencia, había respeto a los temas, a los maestros, al público”.

Narra que no era fácil ser cantante. Ella tuvo que someterse a los rigores de un jurado de la Casa de la Cultura, hoy Instituto Nacional de Cultura. Uno de sus jurados fue el maestro charanguista Jaime Guardia.

“Así, a los seis años, obtuve mi carnet 057 en la Casa de la Cultura”, refiere Amanda Portales.

Su destino de artista estaba marcado. Dejó atrás los estudios de secretariado y el sueño de ser un agente de la Policía de Investigaciones del Perú.

Desde sus comienzos buscó ser profesional. “En el desaparecido Coliseo Nacional había una barra selecta que en su hora estelar, que era las 7 de la noche, se convertía en un gran jurado. Mi aspiración fue llegar a ese horario estelar, y lo logré y salí airosa”, comenta la artista.

–Has dicho que antes había respeto. ¿Ahora no?

–En muchos casos. No se ve el respeto a los artistas mayores, no solo por los años vividos sino por la calidad musical. Hace poco una cantante dijo que la Princesita de Yungay no le llegaba ni a las puntas de los zapatos. Esa es una falta total de respeto. Si te quieres, respétate, valórate, no te mezcles. Eso es lo que yo hago.

–¿Esa falta de respeto también pasa por los temas?

–Así es, se distorsionan. A la balada, por ejemplo, quieren volverla huaino. No se puede cambiar las esencias del huaino. Asimismo, hay cantantes que minimizan, mutilan hasta se apropian de trabajos ajenos. En dónde estamos, no hay respeto a


los maestros. No es justo que un don o doña nadie, en la osadía de ser compositor (a), tome letra de aquí, de allá, haciendo un ‘frankenstein’, resulta siendo “compositora”. Cuando uno está en el escenario, además de respetar nuestra tradición, nuestra música, el artista tiene que ilustrar a su público. Eso ya no se ve. Al contrario, ahora se disfraza, se distorsiona y eso realmente a mí me preocupa. Qué valores le dejamos a las futuras generaciones.

–El arpa se ha hecho masiva con Dina Páucar, Sonia Morales. ¿Es bueno?

–La evolución es buena, pero está recién en inicio. Es como si a una criatura le vas a enseñar a caminar. No le puedes enseñar a correr porque sino se cae. No le puedes quitar la esencia al huaino.

Mafias folclóricas.

–¿El negocio, el comercio ha invadido el mundo del folclor?

--Como no te imaginas. Y ya es demasiado. Exijo respeto en la radio y la televisión. Si llevas una producción para difundir tu trabajo, te cobran, te dicen cifras, para pasar tu disco. Pero no solo eso, quien acepta pagar tampoco puede estar seguro de que va a ser difundido porque hay otros que pagan mucho más. Hay un grupo de artistas, no quiero decir nombres, a quien le caiga el guante simplemente que piense, que actúan como mafia, argolla para que no te promocionen. Estamos sorprendidos porque nosotros también tenemos un programa radial y no hacemos esas cosas. Por eso llamo la atención al Ministerio de Transporte y Comunicaciones que inspeccione. No puede haber poco respeto a nuestro folclor.


“El Perú, un cebiche mixto.”

-Desde tu escenario, ¿cómo ves a la gente de nuestro país?


-La veo diversa, en diferentes actitudes, Mientras que por un lado, la alegría es desbordante, por otro veo a la gente en llanto, pensando en sus penas, sus frustraciones. Pero también que la gente se enamora y vive y asimismo, hay a quienes se les acaba sus amores, se pelean. Cada huaino siempre sintoniza algo de nuestra alma. Y la verdad, desde arriba uno observa que existe una mezcla de sentimientos. Para ser criolla, diremos somos un cebiche mixto.

-Eres popular. ¿No te interesa la política como a otros artistas?

-No, ya tuve una mala experiencia. Fui regidora en La Victoria. Pero lo mío es el folclor. Me han invitado, pero por ahora no. Para política hay que estar bien preparado para no recibir palos como los candidatos de la farándula.





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